domingo, 20 de diciembre de 2009

Un paso de justicia al femicidio

Casi 500 mujeres fueron asesinadas entre 1993 y 2003 en México. La Ciudad de Juárez , es la más peligrosa y violenta del país. Centenares aparecen diariamente en descampados y en basureros a causa de la violencia de género. En tan solo un año, 114 mujeres fueron asesinadas.
En estos día se conoció la primera sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que condenó al Estado mexicano por su indiferencia en la investigación del caso en el “campo algodonero”, en el que tres mujeres fueron asesinadas en la ciudad fronteriza.
La CIDH determinó que los homicidios en Juárez “son alarmantes” y que México violó los derechos a la vida, integridad y libertad personal, incumplió con su deber de investigar para garantizarlos y violó la no discriminación, los derechos del niño y los de la integridad personal de familiares de las tres víctimas, que sufrieron acosos de agentes estatales.
Y en el que obligó además a pagarle a las familias de las víctimas 847 mil dólares por indemnizaciones, lucro cesante, costos, gastos y otras reparaciones a los familiares.
Por otro lado, se ordenó la investigación y castigo de los funcionarios sospechosos de cometer irregularidades en las búsquedas.

El llamado caso del campo algodonero fue presentado ante la CIDH en 2007, luego de conocerse los homicidios, ocurridos en septiembre del 2001, de Esmeralda Herrera Monreal (15 años), Laura Berenice Ramos Monárrez (17 años) y Claudia Ivette González (19). Dos meses más tarde fueron encontrados los cuerpos de ocho adolescentes en un campo algodonero de Ciudad Juárez. Las jóvenes habían sufrido intensas torturas y violaciones antes de ser ejecutadas.
Apenas 48 horas más tarde de la localización de los cuerpos, dos "ruteros" eran detenidos como presuntos autores de los homicidios. Tras intensas torturas, ambos se autoinculparon y fueron condenados como únicos culpables pese a que no había prueba alguna que les demostraran su implicación. Unos meses más tarde, uno de los condenados, Gustavo González, moría en el penal tras practicársele una cirugía no autorizada.
Sin embargo, hasta que el caso llegó a la CIDH nadie había dejado hablar a las familias frente a un tribunal. Tampoco ningún abogado del estado de Chihuahua ( donde se ubica la ciudad de Juárez) se había atrevido a hacerse cargo de su defensa, porque los matan, como pasó con los ocho letrados hallados muertos el 8 de agosto del 2008.

Los jueces concluyeron a que México no tomo ninguna medida "que permitieran a las autoridades responder de forma eficaz a las denuncias de desaparición y prevenir adecuadamente la violencia contra la mujer". Además, se ordenó al Estado mexicano que en un plazo mínimo de un año se levante un monumento en memoria de las mujeres víctimas de homicidio “por razones de género”, y crear una página en Internet que “deberá actualizarse permanentemente y contendrá la información personal necesaria de todas las mujeres, jóvenes y niñas que desaparecieron en Chihuahua desde 1993 y que continúan desaparecidas”.
La sentencia del organismo internacional recordó que representantes de las tres víctimas dijeron que el tema de género es común denominador de la violencia en Ciudad Juárez, y que “niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el solo hecho de ser mujeres y sólo en algunos casos son asesinadas como culminación de dicha violencia pública y privada”.








Para conocer más acerca del femicidio en la Ciudad de Juárez, se recomienda ver el documental de Discovery Channel: "El silencio en Ciudad Juárez"

PARTE 1
PARTE 2
PARTE3
PARTE 4





Carolina Villalba

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