lunes, 28 de diciembre de 2009

España: En contra de la Ley


Un comunicado difundido por 71 asociaciones confirmó que se exigirá a las Cortes españolas la "urgente derogación" de la Ley que pena la Violencia de Género, por considerarla una legislación que atropella los derechos fundamentales de cualquier ordenamiento jurídico que pretenda vertebrar un Estado democrático. Estas asociaciones aseguran que la "violenta Ley de Género se ha consagrado como un arma infalible para fulminar el "derecho de presunción de inocencia" de la mitad de la población masculina de este país.

El comunicado, que firman asociaciones de abuelos separados de sus nietos, feministas por la custodia compartida y padres separados, indica que esta decisión fue tomada por un Tribunal Constitucional, cuya independencia política "todo el mundo cuestiona" y, además, califican de "sospechoso y controvertido" el aval otorgado. Por otro lado, Feministas a favor de esta iniciativa aseguran que por el "mero hecho de tener un cromosoma distinto", la mitad de la población, la masculina, es considerada culpable, invirtiéndose el sentido de la carga de la prueba cuando los hombres son denunciados.

Con ello reabren un debate iniciado por el Tribunal Constitucional, el cual afirmó que el trato diferencial que reciben hombres y mujeres cuando maltratan a sus parejas se ajusta a la norma fundamental.

Este debate se reabre en el marco del conflicto que en la actualidad mantienen asociaciones de hombres con otras feministas, emtre ellas la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas (FMSD), la cual aduce que aquellas mujeres, quienes durante el proceso de sus divorcios, declararon haber sido víctimas de violencia para ser beneficiadas y conseguir con mayor facilidad la custodia de los hijos.

Entre otras manifestaciones, el juez de familia de Sevilla, Francisco Serrano aseguró que "miles de hombres son detenidos por denuncias falsas" a la luz de una normativa inspirada en la "dictadura" del "feminismo radical" y que la ley encierra "efectos perversos" porque protege "situaciones de abuso".


Gisela Cruz

domingo, 20 de diciembre de 2009

Un paso de justicia al femicidio

Casi 500 mujeres fueron asesinadas entre 1993 y 2003 en México. La Ciudad de Juárez , es la más peligrosa y violenta del país. Centenares aparecen diariamente en descampados y en basureros a causa de la violencia de género. En tan solo un año, 114 mujeres fueron asesinadas.
En estos día se conoció la primera sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que condenó al Estado mexicano por su indiferencia en la investigación del caso en el “campo algodonero”, en el que tres mujeres fueron asesinadas en la ciudad fronteriza.
La CIDH determinó que los homicidios en Juárez “son alarmantes” y que México violó los derechos a la vida, integridad y libertad personal, incumplió con su deber de investigar para garantizarlos y violó la no discriminación, los derechos del niño y los de la integridad personal de familiares de las tres víctimas, que sufrieron acosos de agentes estatales.
Y en el que obligó además a pagarle a las familias de las víctimas 847 mil dólares por indemnizaciones, lucro cesante, costos, gastos y otras reparaciones a los familiares.
Por otro lado, se ordenó la investigación y castigo de los funcionarios sospechosos de cometer irregularidades en las búsquedas.

El llamado caso del campo algodonero fue presentado ante la CIDH en 2007, luego de conocerse los homicidios, ocurridos en septiembre del 2001, de Esmeralda Herrera Monreal (15 años), Laura Berenice Ramos Monárrez (17 años) y Claudia Ivette González (19). Dos meses más tarde fueron encontrados los cuerpos de ocho adolescentes en un campo algodonero de Ciudad Juárez. Las jóvenes habían sufrido intensas torturas y violaciones antes de ser ejecutadas.
Apenas 48 horas más tarde de la localización de los cuerpos, dos "ruteros" eran detenidos como presuntos autores de los homicidios. Tras intensas torturas, ambos se autoinculparon y fueron condenados como únicos culpables pese a que no había prueba alguna que les demostraran su implicación. Unos meses más tarde, uno de los condenados, Gustavo González, moría en el penal tras practicársele una cirugía no autorizada.
Sin embargo, hasta que el caso llegó a la CIDH nadie había dejado hablar a las familias frente a un tribunal. Tampoco ningún abogado del estado de Chihuahua ( donde se ubica la ciudad de Juárez) se había atrevido a hacerse cargo de su defensa, porque los matan, como pasó con los ocho letrados hallados muertos el 8 de agosto del 2008.

Los jueces concluyeron a que México no tomo ninguna medida "que permitieran a las autoridades responder de forma eficaz a las denuncias de desaparición y prevenir adecuadamente la violencia contra la mujer". Además, se ordenó al Estado mexicano que en un plazo mínimo de un año se levante un monumento en memoria de las mujeres víctimas de homicidio “por razones de género”, y crear una página en Internet que “deberá actualizarse permanentemente y contendrá la información personal necesaria de todas las mujeres, jóvenes y niñas que desaparecieron en Chihuahua desde 1993 y que continúan desaparecidas”.
La sentencia del organismo internacional recordó que representantes de las tres víctimas dijeron que el tema de género es común denominador de la violencia en Ciudad Juárez, y que “niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el solo hecho de ser mujeres y sólo en algunos casos son asesinadas como culminación de dicha violencia pública y privada”.








Para conocer más acerca del femicidio en la Ciudad de Juárez, se recomienda ver el documental de Discovery Channel: "El silencio en Ciudad Juárez"

PARTE 1
PARTE 2
PARTE3
PARTE 4





Carolina Villalba

viernes, 18 de diciembre de 2009

Las mujeres y la red


Un estudio realizado por la consultora Mindshare arrojó que el 70 por ciento de las mujeres ha incrementado el uso de Internet durante el último año. Los datos aportados por las encuestadas posicionó la red social Facebook y My Space como dos los sitios más visitados.

Entre la totaliad de las encuestadas, el 51 por ciento se autodenomina usuaria avanzada de la web, debido a que considera mantener con la red una relación de cercanía. Además, más del por ciento cuenta con conexión a Internet desde sus hogares.

Las consultadas detallaron que, en cuanto al uso de la web, disponen del uso de e-mails y chatear, buscar información en la web o utilizar redes sociales. El auge de la exploración por la red se sitúa en Facebook, del cual el 54 por ciento, confesó ser usuaria de la red social; y dejando en segundo lugar a My Space, con el 51 por ciento.

"Las mujeres utilizan Facebook de un modo más activo que los hombres; allí muchas participan en los juegos, cosa que habitualmente no hacen en otros sitios de Internet", agrega Enrique Carrier, director de Carrier y Asociados; una consultora que se especializa en tecnologías digitales.

La investigación, además, focalizó en los diferentes usos que las mujeres le dan a la red según su personalidad. Allí, se encontró que aquellas que poseen un vínculo más fuerte con la tecnología, fueron clasificadas como "independientes", es decir las que le dan mucha importancia a sus carreras y quieren estar siempre al tanto de las últimas novedades; y por otro lado, las "saludables"; esas que se preocupan tanto por su imagen como por llevar un estilo de vida sano. Además, más de la mitad de las mujeres se conectan todos los días.

En cuanto a otros usos se posicionan la mensajería instantánea, que para el 45 por ciento, lo utiliza como medio de comunicación. Por su parte, son minoría aquellas que admiten dedicarse a subir videos o fotos a la web, quienes apenas superaron el 16 por ciento sobre el total.



Gisela Cruz

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Bolivia: Mujeres en alza




Las mujeres ocuparán el 30 por ciento de La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia. Luego del resultado de las elecciones del domingo pasado lograron un 47 por ciento en el Senado y un 25 en la Cámara de Diputados. Hasta ahora, la mayor participación femenina fue en 2002, con el 18 por ciento en diputados y 15 en el Senado.
En un balance de los resultados electorales, "verificamos que los esfuerzos desplegados por más 200 organizaciones de mujeres en todo el país han dado frutos que se traducen en que la Asamblea contará con importante presencia femenina", señaló la responsable de Incidencia de la Coordinadora de la Mujer, Mónica Novillo.
Sin embargo, Novillo señaló que el análisis de los datos muestra la debilidad de la participación de mujeres como diputadas uninominales con sólo el 11 por ciento y ninguna como diputada electa en circunscripciones especiales .
Además, puntualizó en que una vez conformada la Asamblea, se debe trabajar en el desarrollo de leyes que garanticen el cumplimiento de los principios de equidad de género.

En este sentido, las organizaciones de mujeres también exigieron que se haga efectivo el compromiso del Presidente Evo Morales de contar con la presencia paritaria de mujeres en todos los órganos de poder, con el 50 por ciento de mujeres en la designación del próximo gabinete ministerial.
Novillo, por último, destacó que este desafío pasa por "la superación de los obstáculos socioculturales e institucionales, así como los prejuicios sobre la participación de las mujeres en política", que son manifestaciones de una sociedad aún machista y patriarcal.
Sin embargo, paulatinamente, las mujeres van tomando terreno hacia la paridad.


Carolina Villalba













martes, 8 de diciembre de 2009

SIDA y Violencia: la conexión


Un estudio realizado por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), reveló la existencia de una conexión entre las mujeres que viven con VIH/SIDA y las que fueron víctimas de situaciones de violencia. Además, entre octubre y diciembre de 2008, fueron encuestadas 101 mujeres viviendo con VIH, mayores de 18 años, que reciben asistencia en servicios de salud públicos de la Ciudad de Buenos Aires y del área norte y oeste del conurbano bonaerense.

Esta investigación forma parte del proyecto “Dos caras de una misma realidad: Violencia contra las mujeres y feminización del VIH/SIDA en el MERCOSUR, que coordina el FEIM. Además el informe difundido por la fundación explica que “la interacción entre la violencia contra las mujeres y el VIH/SIDA debe ser reconocida, difundida e incorporada en los programas de prevención, atención, cuidado y apoyo del VIH/SIDA para mujeres”. Además, autoridades del FEIM aseguraron que esta es la primera investigación que realizan en la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, en la que “se explora la relación entre la violencia contra las mujeres y el VIH/SIDA” y cuentan con el apoyo del Fondo Fiduciario del Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM ‘United Nations Development Fund for Women’).

El principal objetivo de la iniciativa es divisar la “magnitud de la intersección entre la violencia hacia las mujeres y el VIH/SIDA” y, así, promover políticas públicas que enfrenten de manera integral la atención y la prevención de ambos problemas.

Las diferentes formas de violencia, en ocasiones, se presentan de forma asociada y en todos los casos el agresor fue un hombre: en la mayoría, sus parejas, esposos, ex esposos o ex compañeros, y familiares cercanos. Por otro lado, el porcentaje de mujeres víctimas de violencia se distribuyó de manera equitativa en todos los grupos socioeconómicos. “La violencia contra las mujeres aumenta el riesgo de infección con el VIH en las mujeres en Argentina, por eso una respuesta al VIH/SIDA debe comprender la detección y prevención de la violencia de género”, afirmó Mabel Bianco, presidenta de FEIM.


Gisela Cruz

jueves, 3 de diciembre de 2009

La mujer que conquistó a Chile

"La política entró a mi vida destrozando lo que más amaba. Porque fui víctima del odio, he consagrado mi vida a revertir su garra y convertirlo en comprensión, tolerancia y, por qué no decirlo, en amor".

Michelle Bachelet




Nacida en Santiago de Chile el 29 de septiembre de 1951, Verónica Michelle Bachelet, es la segunda hija del matrimonio del general de Brigada Aérea, Alberto Bachelet y de la arqueóloga Ángela Jeria. Debido al trabajo de su padre, Michelle pasó su infancia en diversas dependencias de la Fuerza Área de Chile, tras ser su padre trasladado a Washington, en Estados Unidos, durante los dos años que permaneció estudió en una escuela local y aprendió a dominar el inglés.
Al regresar a Santiago, realizó sus estudios secundarios en el Liceo Nº 1 de Niñas, y del cuál fue egresada como la almna con mejor rendimiento en 1969, además de haber sido delegada y presidenta de su curso. Al terminar, gracias a su elevado promedio, ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, al tiempo que comenzaba a militar en la Juventud Socialista para apoyar la "Revolución a la chilena".
Eran los días del gobierno de la Unidad Popular (UP), del que formaba parte su padre como encargado de la Oficina de Distribución de Alimentos, cuya función era contrarrestar el boicot que sectores de la derecha habían emprendido contra la gestión de Salvador Allende.

Luego en 1973, la crisis política y económica en que se encontraba el país se agravó y comenzó el golpe de estado contra el gobierno del Presidente Allende. Alberto Bachelet se negó a participar y tras el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, de inmediato fue detenido por sus pares en su oficina del Ministerio de Defensa Nacional y fue condenado en la Cárcel Pública de Santiago por "traición a la patria", en donde sufrió torturas. Hasta que seis meses después, el 12 de marzo de 1974, tras una jornada de interrogatorios y tortura, su padre sufrió un infarto que finalmente le provocó la muerte.

El 10 de enero de 1975, Michelle Bachelet y su madre, Ángela Jeria, fueron también arrestadas. Dos agentes de la DINA (la policía política de Pinochet) las llevaron a Villa Grimaldi, el lugar donde miles de chilenos fueron torturados durante la dictadura.
Recuperada la libertad semanas después, madre e hija viajaron como exiliadas a Australia, donde se reunieron con Alberto, el único hermano de Michelle, y después a la República Democrática Alemana.

Allí continuó sus estudios de medicina en la Universidad Humboldt de Berlín. En ese país conoció a Jorge Dávalos, también exiliado y miembro del Comité Central del PS, y con quien contrajo matrimonio en 1977.
Dávalos es el padre de sus dos hijos mayores, Sebastián y Francisca. En su regreso a Chile en 1979, volvió a las aulas de la Escuela de Medicina de Santiago. Se licenció como médica cirujana en 1982, pero su solicitud para cubrir plaza en el sistema público de salud fue denegada por razones políticas.
Una beca de formación le permitió, en los cuatro años siguientes, especializarse en pediatría y salud pública. No abandonó su activismo político y trabajó en una ONG de protección a la infancia, que ejercía labores específicas con los hijos de detenidos y desaparecidos en Santiago y Chillán.

En 1990 fue restaurada la democracia, y Bachelet ingresó como epidemióloga en el Servicio de Salud Metropolitano Occidente. Después se incorporó a la Comisión Nacional del SIDA, al tiempo que cumplía funciones de consultoría en la OMS y en la Organización Panamericana de la Salud. Mientras, que fue allí en donde conoció al epidemiólogo Aníbal Henríquez, con quien trabajaba. Ambos iniciaron una relación sentimental estable por tres años y de cuya relación nació su hija menor, Sofía Henríquez Bachelet, en 1992. Como el matrimonio con Dávalos no estaba anulado en Chile, la pareja no se casó y finalmente terminaría a los tres años de relación.

En 1994 con Eduardo Frei en el Palacio de la Moneda, sus responsabilidades en el ámbito público se incrementaron y se integró en el equipo del Ministerio de Salud como asesora de atención primaria y gestión de servicios. La inquietud política de Bachelet en la última década del siglo apuntaba hacia la normalización de las relaciones entre el mundo civil y militar en un país que acababa de abandonar esta etapa oscura. Impulsada por la necesidad de conocer las correlaciones entre ambos estamentos, realizó un curso sobre estrategia militar y ganó un beca para completar estudios especializados de defensa militar en Washington. Y ya cuando regresó a Chile en 1998, su nueva formación le permitió incorporarse como asesora al Ministerio de Defensa.

Asumió responsabilidades de primer orden al frente de la campaña electoral de Ricardo Lagos que, convertido en presidente de Chile tras su victoria en las elecciones de enero de 2000, la nombró ministra de Salud. La reforma del sistema de salud y la mejora de la atención primaria concentraron los principales esfuerzos durante su gestión.
Luego de la reforma de gabinete que emprendió Lagos dos años después, Bachelet fue designada titular del Ministerio de Defensa; un cargo que ninguna otra mujer había ejercido con anterioridad en toda América Latina.
Durante su mandato impulsó los planes de modernización de las Fuerzas Armadas (FACH) y del Ministerio, introdujo medidas para la igualdad de géneros en las fuerzas de seguridad y reformó el servicio militar obligatorio. Bachelet dejó la cartera de Defensa el 1 de octubre de 2004 para preparar su candidatura a las elecciones presidenciales. Aún con muchos meses por delante, las encuestas de opinión respaldaban de
forma favorable a la ex ministra como candidata de la Concertación a la jefatura del Estado.


Bachelet se impuso en la primera vuelta (45,9%), celebrada el 11 de diciembre de 2005, pero sin el respaldo suficiente para evitar una nueva consulta. Celebrada la segunda vuelta de los comicios el 15 de enero de 2006, logró una cómoda victoria con el respaldo del 53,49% de los votos frente al 46,51% de su rival, el derechista Sebastián Piñera.

El último día del mes de enero, la presidenta electa presentó su prometido gabinete paritario y el 11 de marzo de 2006 su predecesor le impuso la banda presidencial. En un país que en los albores del siglo XXI aún presentaba vestigios de una fuerte tradición conservadora, machista y clerical, Bachelet alcanzó el Palacio de la Moneda sin ocultar sus credenciales al pueblo chileno: "soy mujer, socialista, divorciada y agnóstica".


Villalba Carolina


Una mujer cambió la política chilena

“Se asoma un tiempo de mujeres y hombres. Se asoma también el tiempo de los ciudadanos. Un Chile de todos. Un Chile más integrados y más integrado. Una sociedad más inclusiva, que no discrimina y que no olvida a quienes se quedan atrás. Un país sin exclusiones exige que las mujeres ejerzan en plenitud la ciudadanía, en todas sus facetas. Chile aún vive experiencia diaria de discriminaciones y de segregación. Mi gobierno apoyará del modo más decidido el ejercicio efectivo de los derechos de la mujer”

(Discurso de Michelle Bachelet del 21 de mayo de 2006)






Una mujer separada, madre soltera, agnóstica y socialista el 11 de septiembre del 2005 triunfó en Chile con el 45,95 por ciento de los votos dentro de una sociedad con una idiosincrasia conservadora. Hoy, con el apoyo del 80 por ciento de la población, Michelle Bachelet, es la mujer que conquistó a los chilenos.
Mientras, que en Argentina se encuentra la Presidenta Cristina Fernández, del otro lado de la cordillera Bachelet, es la primera figura femenina que condujo el destino de Chile y la cuarta elegida democráticamente en América Latina. “Uno de los cambios importantes de este gobierno ha sido cultural”, asegura la mandataria en una entrevista al Diario La Nación. “Las mujeres de nuestro país sienten que ya no hay límites desde el punto de vista de la posibilidad de desarrollar sus talentos, su capacidad, que si quieren llegar a ser presidentes de la República van a poder hacerlo”, explica.
En este país los electores votaron por una mujer en las últimas elecciones presidenciales, mientras que en las parlamentarias del 2005, las dos primeras fueron mujeres (la senadora Soledad Alvear y la diputada Alejandra Sepúlveda). Incluso con anterioridad , entre 1996 y el 2000, la votación aumentó en un tres por ciento mientras que el número de candidaturas solo lo en hizo en uno.

Chile se encuentra en el puesto 79 del Ranking Internacional de Mujeres en los Parlamentos del Mundo, según informa el estudio “Políticas públicas de equidad de género: Las trayectorias bifurcadas de Argentina y Chile”, desarrollado por las doctoras Mariana Carminotti y Ana Laura Rodríguez Gustá, miembros del Centro de Estudios Desarrollo y Territorio (CEDET) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM),

En su meta por lograr la igualdad, en el país de Bachelet, las gestiones de equidad comenzaron a notarse en 1991 cuando se creó el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), dependiente del Ministerio de Planificación. Su mayor desafío es el de promover la incorporación de objetivos de igualdad de género en las políticas públicas. Mientras, que desde 1994, impulsado por el Presidente Eduardo Frei, se está trabajando en el Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, que en la actualidad rige desde el 2000 hasta el próximo año. Además, en ese mismo años se conformó el Consejo de Ministros por la Igualdad. Inaugurándose de esta manera un mecanismo institucional de máximo nivel jerárquico responsable de la coordinación en asuntos de género. Con la llegada a la presidencia de la primer mujer electa en democracia, la Agenda de Género 2006-2010 fortaleció las iniciativas existentes. Por lo que en 2007 el presupuesto aumento un 13 por ciento en materia de género.
En un estudio que realizó FLACSO junto a SERNAM en el 2006, se anunció que un porcentaje mayoritario de personas tiene una actitud positiva había las mujeres en política, y que además, más del 70 por ciento de ambos sexos apoya las medidas de paridad de género aplicadas durante el gobierno de la presidenta Bachelet.



Políticas en materia de género

Según el estudio que organizó el Observatorio de Género y Equidad, que dirige Teresa Valdés, la evaluación es positiva dentro del marco de las políticas de género que presentó durante su mandato la presidenta chilena. En el que agregaron que“ha ejercido el máximo poder con estilo y mirada de mujer, sin imitar a los varones que la han procedido, como son los casos actuales de Cristina Fernández en Argentina o de Angela Merkel en Alemania”.

  • En la política

En sus comienzos, teniendo en cuenta que es difícil siendo mujer hacer política en Chile, marcó un camino que en sus principios fue de sorpresa para la sociedad: Anunció que en su futuro gabinete la acompañarían diez mujeres. “Es un paso histórico en materia de igualdad entre mujeres y hombres del país”, recalcó Bachelet. Dentro de estos cambios, salieron de él Paulina Veloso y Vivianne Blanlot, un golpe duro para mujeres con carteras políticas importantes.
Sin embargo, desde el observatorio de Género, reflejó que esto tuvo que ver con algo más que una paridad numérica dentro de un gabinete. Teresa Valdés declaró que la presidenta “desmontó la fantasía de que el lugar de poder era plenamente masculino y que cumplió con la promesa de poner a diez mujeres en espacios no tradicionalmente femeninos”.

Sin embargo, María de los Ángeles Fernández, cientista política y directora de la Fundación Chile 21, en su trabajo Equidad política de Género en el Chile Actual: Entre Promesas y Resistencias, recalcó que este modo “obstaculiza la necesaria capacidad de maniobra presidencial como un criterio limitante frente a otros que debiera privilegiar la Presidenta” poniendo como ejemplo la elección de los mejores y el cuoteo partidista.
Y explicando que muchos piden que la paridad solucione las desigualdades entre los hombres y las mujeres, sin entender que es una condición necesaria pero no suficiente para tal logro.
Esto se tradujo en la presentación, en octubre del 2007, del primer proyecto de Ley sobre Cuotas como existe en países más avanzados, que facilitaría el acceso a la mujer a cargos en el espacio público, pero nunca se logró el acuerdo del parlamento necesario para su aprobación.
En Chile, el Partido por la Democracia, el Socialista y el Demócrata Cristiano han instituido cuotas por género en sus estatutos internos, que comprenden un 40, 30 y 20 por ciento, pero estás no han sido cumplidas en ninguna elección.

  • Autonomía económica

En una cultura en la que todavía muchas mujeres se niegan a dejar a sus hijos ante el cuidado de otras personas, la presencia femenina en el ámbito laboral no supera el 32 por ciento, incluso se encuentra por debajo del promedio latinoamericano (42 por ciento). Mientras que la brecha salarial también deja a las mujeres en desventaja con el 25 por ciento menos que los hombres.
Es por eso, que desde el marco económico su legislación puso fin a la diferencia salarial con el hombre y se sancionó la Ley 20348 que establece el principio de igualdad de salarios entre ambos sexos cuando cumplan la misma función en una misma empresa. “Estamos como país cumpliendo con un imperativo ético de demostrar en la práctica que los hombres y mujeres son de verdad iguales ante la ley”, indicó Bachelet.
Otro de los beneficios más destacados fue el de la Reforma Previsional del 2008, que indica que al cumplir 65 años, la mujer recibirá en su cuenta de ahorro previsional un bono que aumentará sus fondos y con ello su pensión final.

  • A la hora de ser madres

Dentro de la maternidad, el gobierno creó el Sistema de Protección Integral a la Infancia: Chile Crece Contigo, programa multisectorial que acompaña a los padres e hijos desde la gestación hasta los cuatro años. En el que se le suma la promulgación de la llamada ley de amamantamiento, que amplió el derecho de las mujeres trabajadoras a alimentar personalmente durante la jornada laboral a sus hijos menores de dos años.



Políticas en las que falta avanzar


  • Lucha contra la violencia

El combate con la violencia doméstica es una de las áreas donde también se ha progresado mediante campañas de sensibilización y apertura de casas de contención para las víctimas mediante la actual ley de Violencia Intrafamiliar (VIF).
Durante su gobierno se crearon alrededor de 93 redes de asistencia. En Chile, casi la mitad de las mujeres reconocen haber sufrido episodios de violencia y en el 90 por ciento de los casos ha sido ejercida por sus ex parejas o actuales.
Gloria Maira Vargas, integrante de la Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, destacó que uno de los problemas es que las iniciativas siguen ligadas a la violencia intrafamiliar y se excluye la violencia de género. La actual ley, sin embargo, extiende este tipo de violencia al círculo familiar, ocultando a que miembro apunta mayoritariamente y en el que tampoco se contemplan los casos de violencia durante el noviazgo o relaciones más allá de tres años anteriores al delito.
En cambio, si se logró incrementar el presupuesto y el personal de los ya colapsados Tribunales de Familia, aún cuando la mitad de los inculpados sale sin sentencia. Sin embargo, las mujeres llegan solo a las casas de contención sólo tras recibir la orden de los jueces, que todavía culpan a la mujer del conflicto generado.

  • Integración

La presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri), Alicia Muñoz, denuncia que la organización nunca logró reunirse con Bachelet a pesar de sus múltiples peticiones. “Podríamos hablar, en términos generales, de algunos avances, pero no todos los que necesitamos las mujeres. Son pinceladas, que no solucionan el problema de fondo”, señaló. Marcando la “deuda histórica” que tienen con sus pueblos y el caso de las mujeres asalariadas agrícola que trabajan en condiciones laborales precarias.

  • Derechos sexuales y reproductivos








Sin embargo, dentro de la cumbre que organizó el Observatorio de Género y Liderazgo, destacaron que la autonomía del cuerpo de la mujer es tema pendiente para la gestión de Bachelet. En el que se abordan temas como los derechos reproductivos y sexuales, que si bien fueron propuestos, al parecer no lograron avances por las trabas que se les impuso tanto desde la Iglesia como de los sectores más conservadores de la sociedad chilena.
En el 2006 el gobierno intentó poner a disposición de forma gratuita anticonceptivos de emergencia, pero esta medida fue prohibida por el Tribunal Constitucional, basándose sobre el argumento de que las llamadas píldoras del día después pueden ser abortivas (algo descartado por la Organización Mundial de la Salud).
“La Concertación ha avanzado poco y nada. Los logros se deben más que nada al impulso que ha dado la misma Michelle Bachelet. Aunque en algunas normas ha habido que empujar al Ejecutivo”, enfatizó Soledad Díaz Fernández, médica, investigadora e integrante del Consejo Consultivo de Género y Salud del Ministerio de Salud, recalcó que muchas iniciativas se prohíben por grupos conservadores o malas gestiones, como sucedió con las campañas de prevención del SIDA, la educación sexual en los colegios públicos y la anticoncepción de emergencia.
Además, las instituciones femeninas solicitaron que se vuelva a retomar el proyecto de ley sobre los derechos sexuales y reproductivos que duerme en el Parlamento desde el 2000. Otro dato no menor, es que el aborto terapéutico, se encuentra penalizado en Chile desde 1989, y aunque no forme parte de la agenda de la actual administración, es un decreto que las mujeres exigen que se trate.


Ahora si bien, a lo largo de su mandato en los cuatro años la presidenta Bachelet, impulsó gestiones de equidad y políticas de género, muchas de ellas no fueron o no pudieron ser cumplidas por trabas que se presentaron a lo largo de este proceso. Sin embargo, es positiva la mirada que tienen las mujeres ( y hasta quizás hombres) sobre la manera en la que esta mujer supo llevar adelante su Gobierno.
De hecho, el 63 por ciento de las mujeres señalan estar dispuestas a votar por otra mujer, aunque esto depende de que los partidos políticos decidan una vez más presentar candidatas.




"Cuando una mujer entra a la política, cambia la mujer; cuando muchas mujeres entran a la política, cambia la política"

Michelle Bachelet
(viejo dicho francés)



Carolina Villalba

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La primera en hacer historia


Con orígenes españoles y alemanes por parte de su padre Eduardo Fernández, un mediano empresario de colectivos, y su madre Ofelia Giselle Wilhelm, una dirigente gremial del Ministerio de Economía de La Plata; Cristina Elizabeth Fernández nació el 19 de febrero de 1953 en Ringuelet, provincia de Buenos Aires.

Sus estudios primarios transcurrieron en una escuela estatal. Los primeros años de la secundaria, los realizó en el ex Colegio Comercial San Martín, donde actualmente se encuentra la Escuela de Educación Media 31 de la ciudad de La Plata, y los tres últimos en el Colegio Nuestra Señora de la Misericordia, en esta misma ciudad.

Luego, en 1973 ingresó a la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional de La Plata. Allí, inició su militancia política en el Frente de Agrupaciones Eva Perón (FAEP), una organización estudiantil ligada a las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Un año después, conoció a su esposo, Néstor Kirchner, debido a que era compañera de estudios de la novia de un compañero de estudios de él. Juntos formaron parte de la Juventud Universitaria Peronista, y seis meses después, el jueves 8 de mayo de 1975, se casaron sólo por unión civil.

Durante la caída del gobierno de María Estela Martínez y el Proceso de Reorganización Nacional, el matrimonio se trasladó a la Provincia de Santa Cruz, en la localidad de El Calafate. Una vez allí, formaron el Estudio jurídico Kirchner. Abogada en el estudio de cobranzas, cocinera en casa, madre, ya que poco después llegaron los hijos. El primero, Máximo; luego, Florencia.

Dueña de un fuerte carácter, temido por algunos políticos, y un obsesivo cuidado de su imagen, llegó a ocupar un cargo en el Senado de la Nación. En 2003, se convirtió en primera dama cuando su esposo, asumió como presidente de la Nación.

Calificada por su esposo como una "estadista", en julio de 2007, se postuló como candidata a la presidencia en las elecciones del 28 de octubre de ese mismo año. En esos comicios obtuvo el 44 por ciento de los votos y una diferencia del 20 por ciento del segundo lugar. Ese día pasó a formar parte de la historia del país al convertirse en la primera presidenta electa.

El 10 de diciembre de 2007, asumió el cargo de presidenta de la Nación frente a una multitud en el Congreso de la Nación, en ese entonces expresó: "Quiero ser la presidenta que construya una igualdad de oportunidades para todos los argentinos”.

Tiempo después, ante los reiterados ataques a su gobierno, se amparó en su condición de mujer y en uno de sus discursos se rebeló ante las críticas al decir que todo se le dificultaba cada vez más por tener el “pelo largo” y maquillarse.

“Siento que tengo una obligación con el género en cuanto a demostración de eficiencia y eficacia en gestión de gobierno. Es un pressing que una siente”, afirmó alguna vez ante un micrófono pero mantiene un perfil de activa defensora de la actividad política de las mujeres de los derechos humanos tanto en Argentina como en América.


Gisela Cruz

La gestión de Cristina


La cuestión de género, siempre esta presente. Especialistas afirman que a la mujer se le ha asignado una “posición asimétrica basada en atributos como la debilidad, dependencia, también lo emocional por sobre lo racional, lo doméstico sobre lo público”. Este discurso argumenta virtudes y defectos de personas, así también como sus competencias profesionales. A la vez, resulta extraño escuchar de una mujer con poder la idea del género, ya que recurrentemente esta asociada con el pedido de comprensión, que, en cierta forma, ratifica el prejuicio social de la debilidad de la condición femenina.

La doctora en Ciencias Sociales y especialista en Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Marina Becerra considera que por el sólo hecho de ser mujer, a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se le dificultan aún más las cosas en base a este tipo de prejuicios. Cabe destacar que uno de los componentes más sobresalientes del voto a que la condujo a la Presidencia, es que, a pesar de ser la primera mandataria electa por voto popular, no cuenta con el apoyo de género que podría esperarse. De hecho, hay quienes la perciben como autoritaria, otras como artificial o frívola.

Además, el género es pensado como dimensión constitutiva de las relaciones sociales y su vinculación con estructuras de poder, establecieron que el orden “natural” y hegemónico es masculino y heterosexual. La dimensión del género permite entonces, pensar en las formas de las relaciones de poder, sus dispositivos y su funcionamiento.

Durante su campaña electoral, Cristina se amparó en la condición de género, dándole mayor participación a la mujer en cargos administrativos. No obstante, más allá de sus tres edecanas, en el resto de su gabinete de los 151 cargos más importantes del país, sólo 26 son ocupados por mujeres. De ellos, se desprenden: Nilda Garré, quien ocupa el cargo de ministra de Defensa; Alicia Kirchner, titular de la cartera de Desarrollo Social; Débora Giorgi, al frente del Ministerio de Producción y por último, María del Carmen Alarcón, quien ocupa el cargo de secretaria de Integración Nacional, Secretaría dependiente de la Jefatura de Gabinete. “Creo que, en base al género, se avanzó en parte; como el caso del ministerio de Defensa con la inclusión de Garré, pero en lo referido al género, todavía faltan derechos fundamentales”, destacó Becerra.

A pesar de ello, si Cristina Fernández, según afirman especialistas, posicionara lo femenino en una centralidad del poder y, además desplegara políticas de discriminación positiva como la violencia doméstica; la despenalización del aborto; la educación sexual y, en general, la igualdad de género, entre otras cuestiones pendientes. “Fundamentalmente, considero que hubo conquistas importantes pero todavía faltan derechos básicos, entre ellos el derecho a disponer del propio cuerpo, el derecho al aborto legal”, afirmó Becerra.

El estudio “Políticas públicas de equidad de género: Las trayectorias bifurcadas de Argentina y Chile”, desarrollado por las doctoras Mariana Carminotti y Ana Laura Rodríguez Gustá, miembros del Centro de Estudios Desarrollo y Territorio (CEDET) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), asegura que la Argentina es un país con una “trayectoria bifurcada en cuestión al género”. No obstante, en cuanto a la incorporación de mujeres en el poder legislativo, se ha convertido en un caso destacado, por lo cual, el panorama político y la figura del Congreso se han modificado notoriamente en lo que a mujeres respecta, ya que el 40 por ciento de la Cámara de Diputados y el 39 del Senado, son cargos ocupados por mujeres. De esta forma, pasa a ocupar el sexto lugar a nivel mundial en el “Ranking de mujeres en los Parlamentos de mundo”.

Además, así como lo menciona dicha investigación, durante la primera presidencia de Carlos Menem se sancionó la Ley 24.012 de “Cupo Femenino”. Esta misma, que rige desde 1991, sostiene que aquellas listas que se presenten formalmente en una elección “deberán tener mujeres en un mínimo del 30 por ciento de los candidatos a los cargos a elegir y en proporciones con posibilidades de resultar electas. No será oficializada ninguna lista que no cumpla estos requisitos”.



A pesar de esto, la Argentina, aún con una mujer en el Poder Ejecutivo, es una de las pocas naciones en no contar con un Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades entre varones y mujeres.

En 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la creación del Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer (CEDAW ‘Committee on the Elimination of Discrimination against Women’). Este mismo, según afirma el estudio, “haría de la inclusión de las mujeres en la esfera gubernamental y del impulso de políticas de equidad y estado, dos de sus principales objetivos”. Este comité insita a los gobiernos a tomar las medidas que sean necesarias para así poder terminar con la discriminación contra la mujer, ya sea en la política como en lo que se refiere a su participación en la “formulación de las políticas gubernamentales; en la ocupación de cargos públicos y, ejercer todas las funciones públicas en los planos gubernamentales”.

Por otro lado, a pesar de las grandes críticas que se le han hecho a su gobierno en base a las medidas tomadas a lo largo de su mandato, un estudio reciente de la consultora CEOP, indica que la imagen de la presidenta ante la sociedad se ubica entre el 46 y el 52 por ciento. En cierto punto, recuperó la popularidad con la que asumió a fines de 2007; ya que durante el 2008 había descendido hasta posicionarse en un 20 por ciento debido al conflicto con el sector agropecuario.

Este incremento tiene un anclaje en ciertas medidas que el gobierno tomó en los últimos meses.
Algunos afirman que la utilización de la “carta de género” por parte de Cristina forma parte de una victimización y que recurre a su condición de mujer en forma de “escudo” frente a cualquier tipo de críticas; como cuando dicen que es incapaz de “llevar un país adelante”, que por el sólo hecho de ser mujer es “débil e ineficiente”. No obstante, a punto de cumplir dos años al mando de la Presidencia de la Nación, hoy por hoy, los números están a su favor.



Gisela Cruz