jueves, 3 de diciembre de 2009

Una mujer cambió la política chilena

“Se asoma un tiempo de mujeres y hombres. Se asoma también el tiempo de los ciudadanos. Un Chile de todos. Un Chile más integrados y más integrado. Una sociedad más inclusiva, que no discrimina y que no olvida a quienes se quedan atrás. Un país sin exclusiones exige que las mujeres ejerzan en plenitud la ciudadanía, en todas sus facetas. Chile aún vive experiencia diaria de discriminaciones y de segregación. Mi gobierno apoyará del modo más decidido el ejercicio efectivo de los derechos de la mujer”

(Discurso de Michelle Bachelet del 21 de mayo de 2006)






Una mujer separada, madre soltera, agnóstica y socialista el 11 de septiembre del 2005 triunfó en Chile con el 45,95 por ciento de los votos dentro de una sociedad con una idiosincrasia conservadora. Hoy, con el apoyo del 80 por ciento de la población, Michelle Bachelet, es la mujer que conquistó a los chilenos.
Mientras, que en Argentina se encuentra la Presidenta Cristina Fernández, del otro lado de la cordillera Bachelet, es la primera figura femenina que condujo el destino de Chile y la cuarta elegida democráticamente en América Latina. “Uno de los cambios importantes de este gobierno ha sido cultural”, asegura la mandataria en una entrevista al Diario La Nación. “Las mujeres de nuestro país sienten que ya no hay límites desde el punto de vista de la posibilidad de desarrollar sus talentos, su capacidad, que si quieren llegar a ser presidentes de la República van a poder hacerlo”, explica.
En este país los electores votaron por una mujer en las últimas elecciones presidenciales, mientras que en las parlamentarias del 2005, las dos primeras fueron mujeres (la senadora Soledad Alvear y la diputada Alejandra Sepúlveda). Incluso con anterioridad , entre 1996 y el 2000, la votación aumentó en un tres por ciento mientras que el número de candidaturas solo lo en hizo en uno.

Chile se encuentra en el puesto 79 del Ranking Internacional de Mujeres en los Parlamentos del Mundo, según informa el estudio “Políticas públicas de equidad de género: Las trayectorias bifurcadas de Argentina y Chile”, desarrollado por las doctoras Mariana Carminotti y Ana Laura Rodríguez Gustá, miembros del Centro de Estudios Desarrollo y Territorio (CEDET) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM),

En su meta por lograr la igualdad, en el país de Bachelet, las gestiones de equidad comenzaron a notarse en 1991 cuando se creó el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), dependiente del Ministerio de Planificación. Su mayor desafío es el de promover la incorporación de objetivos de igualdad de género en las políticas públicas. Mientras, que desde 1994, impulsado por el Presidente Eduardo Frei, se está trabajando en el Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, que en la actualidad rige desde el 2000 hasta el próximo año. Además, en ese mismo años se conformó el Consejo de Ministros por la Igualdad. Inaugurándose de esta manera un mecanismo institucional de máximo nivel jerárquico responsable de la coordinación en asuntos de género. Con la llegada a la presidencia de la primer mujer electa en democracia, la Agenda de Género 2006-2010 fortaleció las iniciativas existentes. Por lo que en 2007 el presupuesto aumento un 13 por ciento en materia de género.
En un estudio que realizó FLACSO junto a SERNAM en el 2006, se anunció que un porcentaje mayoritario de personas tiene una actitud positiva había las mujeres en política, y que además, más del 70 por ciento de ambos sexos apoya las medidas de paridad de género aplicadas durante el gobierno de la presidenta Bachelet.



Políticas en materia de género

Según el estudio que organizó el Observatorio de Género y Equidad, que dirige Teresa Valdés, la evaluación es positiva dentro del marco de las políticas de género que presentó durante su mandato la presidenta chilena. En el que agregaron que“ha ejercido el máximo poder con estilo y mirada de mujer, sin imitar a los varones que la han procedido, como son los casos actuales de Cristina Fernández en Argentina o de Angela Merkel en Alemania”.

  • En la política

En sus comienzos, teniendo en cuenta que es difícil siendo mujer hacer política en Chile, marcó un camino que en sus principios fue de sorpresa para la sociedad: Anunció que en su futuro gabinete la acompañarían diez mujeres. “Es un paso histórico en materia de igualdad entre mujeres y hombres del país”, recalcó Bachelet. Dentro de estos cambios, salieron de él Paulina Veloso y Vivianne Blanlot, un golpe duro para mujeres con carteras políticas importantes.
Sin embargo, desde el observatorio de Género, reflejó que esto tuvo que ver con algo más que una paridad numérica dentro de un gabinete. Teresa Valdés declaró que la presidenta “desmontó la fantasía de que el lugar de poder era plenamente masculino y que cumplió con la promesa de poner a diez mujeres en espacios no tradicionalmente femeninos”.

Sin embargo, María de los Ángeles Fernández, cientista política y directora de la Fundación Chile 21, en su trabajo Equidad política de Género en el Chile Actual: Entre Promesas y Resistencias, recalcó que este modo “obstaculiza la necesaria capacidad de maniobra presidencial como un criterio limitante frente a otros que debiera privilegiar la Presidenta” poniendo como ejemplo la elección de los mejores y el cuoteo partidista.
Y explicando que muchos piden que la paridad solucione las desigualdades entre los hombres y las mujeres, sin entender que es una condición necesaria pero no suficiente para tal logro.
Esto se tradujo en la presentación, en octubre del 2007, del primer proyecto de Ley sobre Cuotas como existe en países más avanzados, que facilitaría el acceso a la mujer a cargos en el espacio público, pero nunca se logró el acuerdo del parlamento necesario para su aprobación.
En Chile, el Partido por la Democracia, el Socialista y el Demócrata Cristiano han instituido cuotas por género en sus estatutos internos, que comprenden un 40, 30 y 20 por ciento, pero estás no han sido cumplidas en ninguna elección.

  • Autonomía económica

En una cultura en la que todavía muchas mujeres se niegan a dejar a sus hijos ante el cuidado de otras personas, la presencia femenina en el ámbito laboral no supera el 32 por ciento, incluso se encuentra por debajo del promedio latinoamericano (42 por ciento). Mientras que la brecha salarial también deja a las mujeres en desventaja con el 25 por ciento menos que los hombres.
Es por eso, que desde el marco económico su legislación puso fin a la diferencia salarial con el hombre y se sancionó la Ley 20348 que establece el principio de igualdad de salarios entre ambos sexos cuando cumplan la misma función en una misma empresa. “Estamos como país cumpliendo con un imperativo ético de demostrar en la práctica que los hombres y mujeres son de verdad iguales ante la ley”, indicó Bachelet.
Otro de los beneficios más destacados fue el de la Reforma Previsional del 2008, que indica que al cumplir 65 años, la mujer recibirá en su cuenta de ahorro previsional un bono que aumentará sus fondos y con ello su pensión final.

  • A la hora de ser madres

Dentro de la maternidad, el gobierno creó el Sistema de Protección Integral a la Infancia: Chile Crece Contigo, programa multisectorial que acompaña a los padres e hijos desde la gestación hasta los cuatro años. En el que se le suma la promulgación de la llamada ley de amamantamiento, que amplió el derecho de las mujeres trabajadoras a alimentar personalmente durante la jornada laboral a sus hijos menores de dos años.



Políticas en las que falta avanzar


  • Lucha contra la violencia

El combate con la violencia doméstica es una de las áreas donde también se ha progresado mediante campañas de sensibilización y apertura de casas de contención para las víctimas mediante la actual ley de Violencia Intrafamiliar (VIF).
Durante su gobierno se crearon alrededor de 93 redes de asistencia. En Chile, casi la mitad de las mujeres reconocen haber sufrido episodios de violencia y en el 90 por ciento de los casos ha sido ejercida por sus ex parejas o actuales.
Gloria Maira Vargas, integrante de la Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, destacó que uno de los problemas es que las iniciativas siguen ligadas a la violencia intrafamiliar y se excluye la violencia de género. La actual ley, sin embargo, extiende este tipo de violencia al círculo familiar, ocultando a que miembro apunta mayoritariamente y en el que tampoco se contemplan los casos de violencia durante el noviazgo o relaciones más allá de tres años anteriores al delito.
En cambio, si se logró incrementar el presupuesto y el personal de los ya colapsados Tribunales de Familia, aún cuando la mitad de los inculpados sale sin sentencia. Sin embargo, las mujeres llegan solo a las casas de contención sólo tras recibir la orden de los jueces, que todavía culpan a la mujer del conflicto generado.

  • Integración

La presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri), Alicia Muñoz, denuncia que la organización nunca logró reunirse con Bachelet a pesar de sus múltiples peticiones. “Podríamos hablar, en términos generales, de algunos avances, pero no todos los que necesitamos las mujeres. Son pinceladas, que no solucionan el problema de fondo”, señaló. Marcando la “deuda histórica” que tienen con sus pueblos y el caso de las mujeres asalariadas agrícola que trabajan en condiciones laborales precarias.

  • Derechos sexuales y reproductivos








Sin embargo, dentro de la cumbre que organizó el Observatorio de Género y Liderazgo, destacaron que la autonomía del cuerpo de la mujer es tema pendiente para la gestión de Bachelet. En el que se abordan temas como los derechos reproductivos y sexuales, que si bien fueron propuestos, al parecer no lograron avances por las trabas que se les impuso tanto desde la Iglesia como de los sectores más conservadores de la sociedad chilena.
En el 2006 el gobierno intentó poner a disposición de forma gratuita anticonceptivos de emergencia, pero esta medida fue prohibida por el Tribunal Constitucional, basándose sobre el argumento de que las llamadas píldoras del día después pueden ser abortivas (algo descartado por la Organización Mundial de la Salud).
“La Concertación ha avanzado poco y nada. Los logros se deben más que nada al impulso que ha dado la misma Michelle Bachelet. Aunque en algunas normas ha habido que empujar al Ejecutivo”, enfatizó Soledad Díaz Fernández, médica, investigadora e integrante del Consejo Consultivo de Género y Salud del Ministerio de Salud, recalcó que muchas iniciativas se prohíben por grupos conservadores o malas gestiones, como sucedió con las campañas de prevención del SIDA, la educación sexual en los colegios públicos y la anticoncepción de emergencia.
Además, las instituciones femeninas solicitaron que se vuelva a retomar el proyecto de ley sobre los derechos sexuales y reproductivos que duerme en el Parlamento desde el 2000. Otro dato no menor, es que el aborto terapéutico, se encuentra penalizado en Chile desde 1989, y aunque no forme parte de la agenda de la actual administración, es un decreto que las mujeres exigen que se trate.


Ahora si bien, a lo largo de su mandato en los cuatro años la presidenta Bachelet, impulsó gestiones de equidad y políticas de género, muchas de ellas no fueron o no pudieron ser cumplidas por trabas que se presentaron a lo largo de este proceso. Sin embargo, es positiva la mirada que tienen las mujeres ( y hasta quizás hombres) sobre la manera en la que esta mujer supo llevar adelante su Gobierno.
De hecho, el 63 por ciento de las mujeres señalan estar dispuestas a votar por otra mujer, aunque esto depende de que los partidos políticos decidan una vez más presentar candidatas.




"Cuando una mujer entra a la política, cambia la mujer; cuando muchas mujeres entran a la política, cambia la política"

Michelle Bachelet
(viejo dicho francés)



Carolina Villalba

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