Desde marzo del 2008, probablemente como reacción a la repentina notoriedad de Yoani, las autoridades cubanas bloquearon el acceso en Cuba al blog . Desde ese momento, Yoani Sánchez se convirtió en una auto-definida "blogera ciega", al dejar de ser capaz de contemplar su propio blog. El mantenimiento es posible gracias a la colaboración de personas localizadas fuera de Cuba a las que Yoani les manda sus posts empleando correo electrónico o bien dictándolos por teléfono. En febrero de 2009, publicó un post de manera sarcástica, en el que le agradecía a unos "abnegados compañeros" que estuviesen presentes a la entrada de su casa y de ese modo evitasen la comisión de delitos. En otro lugar del post los describe como "acechantes soldados del MININT” (acrónimo del Ministerio del Interior de la República de Cuba) , encargado de la vigilancia de personas críticas con el gobierno cubano.
Por este motivo, cuenta que crearon copias que reparten en conciertos, exposiciones y plazas públicas de sus textos, para que los lectores que no se puede conectar a “la gran telaraña mundial” puedan enterarse de sus publicaciones.
El último episodio que vivió la cubana fue el pasado 30 de Octubre, día en el que se celebró un debate público en el Centro Cultural Fresa y Chocolate de La Habana sobre La Internet en Cuba, organizado por la Revista Temas. A pesar de que en las invitaciones se había indicado que la entrada era libre, las autoridades cubanas, a través del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) responsable del local, impidieron la entrada a varias personas, aún cuando en el interior permanecían muchos sitios desocupados. Entre las que se encontraban varios blogueros cubanos críticos del gobierno. Yoani Sánchez logró entrar en el local gracias a disfrazarse con una peluca rubia. Cuando le tocó el turno de intervención, se quitó la peluca y tomó la palabra para preguntar si se empleó el mismo filtro ideológico para excluir a personas que debían de estar en el debate, que para censurar blogs que no se pueden ver en Cuba. Además indicó: tuvo ir de esta manera para poder pasar el cerco policial alrededor de su casa parta llegar al debate. (VER VIDEO)
Conociendo a Yoani...
Nacida en La Habana, el 4 de septiembre de 1975, realizó sus estudios en distintos lugares. Comenzó en el Instituto Pedagógico la especialidad de Español-Literatura. En el año 1995, se dirigió a la Facultad de Artes y Letras, donde después de cinco años, se especializó en Filología Hispánica. Centró sus estudios en la literatura latinoamericana contemporánea y con la discusión de una tesis titulada Palabras bajo presión, un estudio sobre la literatura de la dictadura en Latinoamérica, marcó su interés y la ideología que luego la llevarían al reconocimiento de su blog. Al terminar la Universidad, comprendió que el mundo de la intelectualidad y la alta cultura la repugnaba, y la más dolorosa, que ya no quería ser filóloga.
Por este motivo, en septiembre del 2000, trabajó en la Editorial Gente hasta que pidió la baja y se dedicó a una profesión más rentable: profesora de español freelance para turistas alemanes que visitan La Habana. En Cuba esta era la etapa en que los ingenieros preferían manejar un taxi, los maestros hacían hasta lo imposible por trabajar en la carpeta de un hotel y en los mostradores de las tiendas te podía atender una neurocirujana o un físico nuclear. Hasta que en el 2002, el desencanto y la asfixia económica la llevaron a emigrar a Suiza de donde regresó, por motivos familiares y contra la opinión de conocidos y amigos, en el verano del 2004.
Durante esos dos años, descubrió la profesión que la acompañaría hasta hoy: la informática. “Me di cuenta que el código binario era más transparente que la rebuscada intelectualidad y que si nunca se me había dado bien el latín al menos podría probar con las largas cadenas del lenguaje html”, expresó Yoani.
Fue entonces que en abril de 2007, realizó su reconocido trabajo en la web, Generación Y, el cuál definió como “un ejercicio de cobardía” y que le permite decir en este espacio lo que le está negado por su accionar cívico. El Blog fue inspirado en personas con nombres que comienzan o contienen una "i griega", nacidos en Cuba de los años 70 y los 80 y que fueron "marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración", de esta manera Yoani los invita a que participen en él.
En poco tiempo ganó la atención de miles de personas en todo el mundo. Gracias a la red ciudadana y virtual que se ha tejido alrededor de GY, ha podido seguir actualizando este blog cada semana, porque en marzo de 2008 el gobierno cubano implementó un filtró informático que impide ver su web en los sitios públicos de Internet en Cuba. De manera tal que para publicar sus textos necesita de colaboradores fuera de la Isla. Además, gracias a voluntarios, Generación Y está traducido a quince lenguas.
El premio de Periodismo Ortega y Gasset en la categoría de trabajo digital la coronó en mayo del 2008. Mientras, que además, fue seleccionada por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo en la categoría “Héroes y pioneros” y su blog fue incluido entre las 25 mejores blogs del mundo, en una selección hecha por esa misma revista junto a la CNN.
“Vivo en La Habana, he apostado por quedarme y cada día soy más informática y menos filóloga”, recalca Yoani Sánchez, la mujer cubana que se anima a enfrentar al gobierno castrista.
Pocos cubanos pueden acceder a los blogs. Los blogs no son sólo el espacio de Yoani y algunas otras personas que no se consideran opositoras al Gobierno, sino un esfuerzo arriesgado para expresar duras vivencias y provocar reflexiones sobre Cuba.
Hasta hace unos meses, poseer un ordenador era ilegal, aunque se podía adquirir en el mercado negro o mediante amigos extranjeros. Está prohibido el acceso a Internet desde los hogares; sólo 17 de cada 1.000 cubanos pueden hacerlo, el nivel más bajo de América Latina y el Caribe, según el Informe sobre desarrollo humano 2007-2008 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Fundamentalmente en la capital, se facilita de manera muy contralada a las personas autorizadas de las esferas de la cultura, la medicina y la ciencia; hay en cibercafés y hoteles excesivamente caros, en oficinas de correos, y se recurre también a la colaboración de extranjeros.
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