Hace 58 años, las mujeres conseguían igualdad de derechos en lo político. Eva Perón, fue la principal causante de su aprobación parlamentaria, por aquel entonces compañera de fórmula de Juan Domingo Perón en las primeras elecciones a nivel nacional con la participación de mujeres.
El 11 de noviembre de 1951, las mujeres por primera vez podían entrar al cuarto oscuro para elegir quién conduciría los destinos de la República.
“El voto femenino será el arma que hará de nuestros hogares, el recaudo supremo e inviolable de una conducta pública. El voto femenino será la primera apelación y la última. Su voto será el escudo de la fe, el testimonio vivo de su esperanza en un futuro mejor”, afirmaba Evita.
El 11 de noviembre de 1951, las mujeres por primera vez podían entrar al cuarto oscuro para elegir quién conduciría los destinos de la República.
“El voto femenino será el arma que hará de nuestros hogares, el recaudo supremo e inviolable de una conducta pública. El voto femenino será la primera apelación y la última. Su voto será el escudo de la fe, el testimonio vivo de su esperanza en un futuro mejor”, afirmaba Evita.
El 31 de agosto de 1951, Eva Perón renunció a la candidatura de la vicepresidencia y por radio anunció: “Renuncio a los honores, no a la lucha. Mi puesto de batalla es el trabajo”. De ahí en más,. Se lo conoce como el Día del Renunciamiento. En las elecciones, Evita había sido operada seis días antes y debió votar en su cama del hospital con la ayuda de una enfermera que le alcanza la urna.
La llamada Ley Sáenz Peña, que en 1912 instauró en el país el voto secreto, obligatorio y supuestamente universal que había dejado afuera a las mujeres, sólo había circunscrito a los hombres el acceso a los derechos políticos. No obstante, 35 años después, el 9 de septiembre de 1947, durante el primer gobierno peronista, el Congreso Nacional sancionó la Ley 13.010, que incluyó a las mujeres en el voto obligatorio y que también les abrió las puertas a la posibilidad de ser candidatas y de ser elegidas por el pueblo. Las banderas feministas por la igualdad de derechos y la inclusión política fueron levantadas en el país.
Aquel 11 de noviembre de 1951, la "abanderada de los humildes" emitió su primer, y último voto, y lo hizo desde el lecho de su residencia donde se encontraba postrada por la enfermedad que ocho meses después le provocaría la muerte.
Aquel 11 de noviembre de 1951, la "abanderada de los humildes" emitió su primer, y último voto, y lo hizo desde el lecho de su residencia donde se encontraba postrada por la enfermedad que ocho meses después le provocaría la muerte.
El comienzo por la igualdad
Sin embargo, la historia había comenzado en 1928 cuando el socialista Mario Bravo llevó un proyecto a la Cámara de Diputados, que quedó trunco por el golpe militar de 1930. Dos años después, otro socialista, esta vez Alfredo Palacios logró tras arduos debates que la cámara baja diera media sanción al voto femenino, pero lamentablemente luego el proyecto se encajonó en el Senado hasta que perdió tratamiento parlamentario.
Fue un triunfo más de los conservadores que se oponían a esta iniciativa de igualdad de género durante los tristes días de la Década Infame. Los dirigentes se argumentaban con lo "costoso que sería empadronar a todas las mujeres y lo difícil de enseñarles las responsabilidades del voto", cuando en realidad el temor mayor era la supuesta perdida del control del voto y el consiguiente estado de fraude que se vivía en esos años en el país.
Fue un triunfo más de los conservadores que se oponían a esta iniciativa de igualdad de género durante los tristes días de la Década Infame. Los dirigentes se argumentaban con lo "costoso que sería empadronar a todas las mujeres y lo difícil de enseñarles las responsabilidades del voto", cuando en realidad el temor mayor era la supuesta perdida del control del voto y el consiguiente estado de fraude que se vivía en esos años en el país.
La llegada del peronismo en 1945 y la ola de reivindicaciones sociales que produjo la revolución popular, impulsó la iniciativa que fue tomada como un compromiso de lucha por la propia Evita. La esposa del presidente, desplegó una fuerte campaña hablando por radios y actos públicos, que derivó en la llegada al Congreso el proyecto de ley en julio de 1947. Primero fue votada sin grandes problemas en el Senado, mientras que en Diputados se plantearon debates más extensos e intenciones de modificar el texto de la mayoría. Uno de los argumentos de la oposición fue el de introducir el cambio para que las mujeres fueran inscriptas primero y recién luego se genere la obligación del voto. Sin embargo, esta medida se rechazó y la ley se votó por "unanimidad" tal cual como llegó el proyecto del Senado y 14 días después se convirtió en una norma con estado constitucional.
De todas maneras, no fue esa la primera vez que se permitía votar a las mujeres en Argentina, ya que en 1927, la provincia de San Juan fue el primer distrito que le dio la responsabilidad cívica a las mujeres, cuando Aldo Cantoni modificó las Constitución provincial y sancionó la nueva Carta Magna que le dio habilitación a las mujeres para votar. Con previa inscripción en un padrón, las sanjuaninas votaron por primera vez en 1928 en elecciones municipales y hasta lograron elegir a una mujer como delegada de un municipio. La iniciativa revolucionaria se frustró por el golpe de 1930 y y volvió a tomar rigor de ley en 1951.
Eva Perón anuncia el voto femenino
Gisela Cruz
Carolina Villalba
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