viernes, 13 de noviembre de 2009

Mujeres cubanas: víctimas del HIV

Las estadísticas del Centro Nacional de Prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), el
VIH y SIDA , informaron que en los últimos cinco años en Cuba, se incrementó el número de mujeres infectadas. En el primer semestre del 2008, 108 mujeres fueron diagnosticadas, mientras que en el actual ya suman 209.
Actualmente en Cuba, la epidemia del VIH se concentra sólo en el sexo masculino, el 80 por ciento de los casos, con énfasis en los hombres que tienen sexo con hombres (HSH). No obstante, en la ciudad de la Habana, en el 50 por ciento de los casos, han aumentado las detecciones. "Aunque no es una diferencia abismal, el análisis epidemiológico evidencia que realmente hay un incremento en los nuevos casos de mujeres infectadas", explicó Ana Lidia Orman, coordinadora nacional de la línea de mujeres del CNP.
El sector de la salud registra una alta incidencia de la epidemia, pero en 2009 se reportaron nuevos casos en mujeres desvinculadas del trabajo y del estudio. "La mayoría de las nuevas infectadas se han contagiado con su pareja estable: la infección está entrando a la casa a buscar a la mujer", señala Orman y agrega que lo que en un principio comenzó como un Proyecto Salud=Belleza, se le fue incorporando otros temas, entre ellos: violencia, género, autoestima y otros que la población solicita, porque son una expresa necesidad de esta comunidad.

Particularmente, las mujeres son vulnerables de contraer infecciones de transmisión sexual debido a factores biológicos y sociales. Entre los primeros, según explica Orman, está el hecho de que el semen permanece más tiempo en la vagina y el recto que los fluidos vaginales en el pene, por lo que el tiempo de exposición es mayor en relaciones heterosexuales sin protección.
Por su parte, tanto en la adolescencia como en la etapa posmenopáusica, la mucosa vaginal es más permeable al VIH. En las jóvenes no ha adquirido la suficiente madurez y espesor para actuar como barrera eficaz, y en las posmenopáusicas se vuelve más delgada y débil. No obstante, los riesgos de infección se multiplican por diferentes causas: desgarros y hemorragias durante la relación sexual, la menstruación o microfisuras en la vagina.
"Hay poco autocuidado, derivado de baja autoestima, porque, como así se lo enseñaron, la mujer se ha dedicado a complacer a otros, a preocuparse por el resto de la familia y no por su persona y su salud", explica Orman. Por otro lado, afirma que una de estas vulnerabilidades es la falta de comunicación y diálogo entre las parejas sobre la sexualidad. "Algunas mujeres asumen que sus esposos les son fieles; otras veces desconocen los hábitos sexuales de sus parejas o se inhiben para hablar sobre sexo", explica.







Gisela Cruz

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