Aquellas mujeres que no cumplan con la nueva normas, se arriesgan a que las autoridades rasguen sus pantalones y a no ser atendidas en las oficinas del gobierno. “Los pantalones están permitidos, siempre y cuando la mujer lleve por encima una falda hasta los tobillos. La moda es demasiado descarada. Me avergüenza” , aseguró el regente del distrito Occidental, Ramli Mansyur.
Aceh, se caracteriza por ser la más conservadora de Indonesia. En la cuál, el pasado septiembre se aprobó un código penal basado en la sharia que autoriza la lapidación para los adúlteros y los latigazos para quienes mantuvieran relaciones prematrimoniales.
Esta ciudad fue hasta 2004 escenario de un conflicto separatista que duró tres décadas y causó 15.000 muertos y, gracias al acuerdo de paz firmado entre Yakarta y la guerrilla en 2005, cuenta con un mayor grado de autonomía que el resto de provincias.
Una vez más se observa el abismo que existe entre los derechos que hay entre las mujeres y ellos, que se argumentan con temas religiosos.
Carolina Villalba
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